Te presentamos la tercera edición de la Formación Liderazgo facilitador y equipos efectivos y queremos contarte por qué está gustando tanto esta formación.
Cambios en el liderazgo
Hace tiempo que las tendencias en liderazgo apuntan a ciertos cambios en la forma de ejercer este rol.
Como cuando sabíamos que la Tierra era plana, hace unos años sabíamos que un buen líder tenía que ser directivo, que tenía que controlar cada detalle de lo que ocurría bajo su mando y que era la persona que mejor podía tomar las decisiones que afectaban a su equipo o área de influencia.
Por suerte el tiempo pone las cosas en su sitio, y ahora conocemos algunas verdades que se oponen a esa manera de liderar y que requieren de nuevos aprendizajes:
1. La mayoría de las personas trabajamos mejor (y más agusto) cuando tenemos la oportunidad de tener cierta autonomía en nuestro trabajo.
Esto es, saber cuál es nuestra función y poder «jugarla a nuestra manera», por ejemplo:
- Organizarnos el tiempo y las tareas.
- Combinar teletrabajo con espacios presenciales.
- Poder tomar algunas decisiones que afectan a nuestra área de influencia sin pedir permiso.
- Y ¿por qué no? hacerlo de una manera auténtica, alineada con nuestros valores y nuestra identidad.
Por el contrario, tener a alguien que nos dice lo que debemos hacer, que tiene el papel de «pensar por nosotras» merma nuestro poder, nuestra confianza y también nuestro compromiso con el proyecto u organización.
2.Una sóla persona no tiene la información ni la sabiduría suficientes para tomar las mejores decisiones por si sóla.
Aunque sea una gran persona, haya estudiado en las mejores escuelas de negocios y tenga una gran capacidad de escucha. Una sóla persona no puede saberlo todo. Tampoco puede estar en todas partes. Por eso podemos intuir que si las decisiones en nuestro equipo recaen en una única persona, estamos delante una mala decisión que ya hemos tomado.
Para tomar las mejores decisiones debemos integrar la sabiduría que proviene de la diversidad:
- De la diversidad de roles y funciones presentes en el equipo.
- De la visión de otros departamentos de la organización.
- De personas que formen o no parte de nuestro equipo/organización tengan los conocimientos y experiencia que necesitamos para tomar esta decisión en concreto.
- De la opinión de nuestros proveedores, clientes, usuarios…
- Incluso, ¿por qué no? de distintas maneras de pensar y hacer.
Y lo podemos hacer abriendo espacios de indagación previos a la toma de decisiones que incluyan la diversidad y sabiduría que necesitamos y también aplicando modelos de gobernanza más adaptativos y flexibles, en los que no sea una persona la que toma todas las decisiones, ni todos participemos en todas las tomas de decisiones, sino que en cada caso contemos con la sabiduría que necesitamos para el reto al que nos enfrentamos.
3. No podemos predecir ni mucho menos controlar un mundo cada vez más incierto
Y mucho menos poner toda la responsabilidad en una única persona (o un conjunto de líderes), pedirle que sea capaz de predecir millones de variables y acertar con la estrategia. En un contexto VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), nuestra única esperanza si queremos sobrevivir y además conseguir nuestros objetivos y no morir en el intento (o incluso tener una vida plena en el intento) es desarrollar cierta resiliencia como sistema, trabajando en conjunto, como partes de un sistema vivo que trabajan juntas hacia un mismo propósito.
¿y cuál es el papel de los líderes dentro del sistema? Los líderes son piezas clave en este sistema. Ya no tienen que dirigir pero sí facilitar o posibilitar que sea posible:
- Fomentan la expresión, la escucha y la integración de la diversidad.
- Ayudan a que la información fluya por todo el sistema.
- Generan y fomentan espacios para el diálogo y la innovación.
- Empoderan a las personas para que emerja el potencial de cada una
En definitiva, ayudan a que emerja la sabiduría colectiva para ponerla al servicio de un propósito compartido, a la vez que ayudan a generar bienestar y compromiso en las personas hacia ese propósito.
¿Cómo ser ese líder?
No es tarea fácil desarrollar este tipo de liderazgo facilitador, consciente y transformador.
- Debemos cultivar la apertura al cambio y a la incertidumbre, puesto que nos vamos a mover ahí la mayor parte del tiempo. Aprender de todo lo que hacemos, equivocarnos y reconocer nuestros errores y estar abiertos a no saber. Mostrar humildad a la vez que apertura a aprender, de nuestra experiencia y de otras personas del equipo.
- Nos ayudará también conocer bien los procesos que ocurren en un equipo y organización desde la perspectiva de las Organizaciones como Sistemas Vivos, para atender lo que ocurre desde la conciencia, para saber cómo y desde dónde intervenir para apoyarlo.
- Y sobretodo, debemos hacer un ejercicio de revisión de quiénes somos y de cómo nos relacionamos con otras personas y con el mundo. Conocer nuestro poder y también nuestras limitaciones, a nivel cognitivo, emocional y relacional y entrenar ciertas competencias.
Si quieres ampliar información sobre este punto puedes leer este artículo en el que hablamos de las tres claves para un liderazgo facilitador y consciente.
Te acompañamos
Hace muchos años que acompañamos a líderes de equipos y organizaciones, y también a personas que aunque sin ocupar un rol formal de liderazgo se interesan por esta manera de estar en sus equipos en este viaje de desarrollo personal y profesional hacia esta manera de liderar que, bajo nuestro punto de vista, es más coherente con el mundo hacia el que queremos ir.
Si sientes que es tu camino, en enero comenzamos la tercera edición Liderazgo facilitador y equipos efectivos, en formato virtual (con una parte síncrona y otra asíncrona), con contenidos basados en la Teoría de las Organizaciones como Sistemas Vivos, con preguntas para reflexionar, retos prácticos, espacios en los que crecer y compartir con una comunidad de profesionales afines, y mucho más!
Si quieres más información, puedes leer nuestra propuesta para esta formación aquí:
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