La escucha de lo emergente no es una técnica. Es una práctica profunda que requiere presencia, apertura y confianza, mucha confianza. En El Camino del Elder, creemos que esta escucha es una de las capacidades más transformadoras que una organización puede cultivar. Y es también uno de los pilares invisibles de las llamadas organizaciones TEAL.
En un tiempo donde la complejidad se ha vuelto cotidiana, muchas organizaciones buscan respuestas rápidas, estructuras más eficientes o herramientas que les permitan “gestionar mejor”. Pero hay una pregunta que rara vez se formula:
¿Estamos escuchando lo que está queriendo emerger?
¿Qué significa conectar con lo emergente?
Lo emergente es aquello que aún no tiene forma, pero ya está presente. Es aquello que está queriendo manifestarse en nuestro entorno, en nuestros equipos, en la sociedad. Es el murmullo del campo, la intuición compartida, el patrón que se repite sin que sepamos por qué. Otto Scharmer, desde la Teoría U, nos invita a detenernos, a soltar el juicio, el miedo, y patrones del pasado y a abrirnos a lo que quiere nacer.
En las organizaciones, esto implica dejar de operar desde el control y empezar a cultivar espacios donde la inteligencia colectiva pueda expresarse. No se trata de predecir el futuro, sino de sentirlo antes de que llegue. Para ello, necesitamos desarrollar canales de escucha que nos permitan atender lo invisible, lo sutil, lo que aún no tiene forma pero ya está presente.
Facilitación: sostener el campo para que emerja lo nuevo
Si has bicheado por nuestra web acerca de lo que significa facilitar, sabrás ya de sobra que facilitar no es dirigir. Es sostener. Es crear las condiciones para que lo que está queriendo aparecer tenga espacio. La facilitación de equipos, el liderazgo consciente, las dinámicas grupales y la gestión de conflictos son herramientas que permiten abrir canales de percepción más amplios. Pero aun a veces, sostener estos espacios no es suficiente para alcanzar esa escucha profunda.
Es por este motivo que en ocasiones debemos de sentarnos a escuchar de forma intencional. A ocupar un espacio con un mínimo de presencia, sin distracciones, pero también sin querer resolver nada. Cuando facilitamos desde esta mirada, no buscamos respuestas inmediatas. Buscamos preguntas poderosas, conversaciones generativas, momentos de silencio que revelan lo que estaba oculto. Y ¡wow!, cuando conversamos desde ahí y no desde lo que sabemos, los grupos somos capaces de llegar a lugares que tan siquiera habíamos imaginado.
En este sentido, las organizaciones TEAL y los equipos autogestionados nos muestran caminos posibles: estructuras más horizontales, relaciones más conscientes, y una cultura que favorece la adaptabilidad y la efectividad grupal.
Las organizaciones TEAL como sistemas vivos
Las organizaciones TEAL no son un modelo cerrado. Son una invitación a ver la organización como un sistema vivo, capaz de evolucionar, aprender y adaptarse. En ellas, el propósito evolutivo no se define una vez, sino que se escucha continuamente. La autogestión no es solo una estructura, sino una forma de confiar en la capacidad del grupo. Y la plenitud no es un ideal, sino una práctica cotidiana.
En este tipo de organizaciones, la escucha de lo emergente no es opcional. Es el modo en que se toman decisiones, se diseñan procesos y se acompaña el cambio cultural.
DEFCON: una herramienta para ver lo que está ocurriendo
Desde esta mirada, y siendo muy conscientes de que nosotras dos solas no podemos escuchar más que una mínima parte del campo del que somos parte, desarrollamos hace ya unos meses DEFCON, una herramienta de autodiagnóstico que permite a las organizaciones observar su realidad en términos de efectividad grupal. Pero no sólo, porque a nosotras lo que nos permite también es ver qué está queriendo ser atendido en el mundo organizacional al que ofrecemos nuestros servicios.
Así, DEFCON se ha convertido en una doble herramienta: de autodiagnóstico para las empresas, y de escucha del campo para nosotras. El informe que publicamos el pasado mes no es solo un conjunto de datos. Es un espejo. Refleja tensiones, patrones, posibilidades. Y sobre todo, invita a preguntarse:
¿Qué está queriendo emerger en nuestra organización?
¿Qué necesita ser escuchado, aunque aún no tenga palabras?
¿Qué está queriendo ser atendido en el campo organizacional?
Podéis consultar el Informe 2025 de DEFCON aquí.
La confianza como práctica organizacional
Conectarse con lo emergente requiere cierto coraje. No hay garantías, no hay mapas. Porque lo emergente no se puede controlar, ni planificar, ni garantizar. Requiere confiar en el proceso, en el grupo, en el propósito que nos convoca. Y contamos para ello con algunas brújulas: la gestión emocional, el liderazgo consciente, dinámicas grupales que abren espacio a la diversidad, o la misma figura de la facilitación.
Desde El Camino del Elder, acompañamos a organizaciones que quieren cultivar esta madurez colectiva. Y os recordamos además que en enero da comienzo la quinta edición de nuestro FyE online 2026, una formación para personas que deseen desarrollar esta capacidad de escucha profunda en sus equipos. Pero ahora, quizá sea más útil que mires el informe DEFCON, lo dialogues con tu equipo, y os preguntéis:
¿Estamos listas para escuchar lo que quiere nacer en nuestra/s organización/es?
