Recientemente hemos publicado una serie de posts bajo el hashtag #poderonopoder, una propuesta para poner un poco de luz al a veces oscuro y muchas veces inconsciente tema del uso del poder en nuestros equipos y organizaciones. Os dejamos en este artículo las ideas clave:
¿De qué hablamos cuando hablamos de poder?
La forma más básica del poder es la que alude a la capacidad:
- El poder para es la capacidad de un individuo o grupo de llevar a cabo una acción o influir sobre ella y conseguir un resultado deseado
- El poder sobre busca asimismo conseguir el resultado deseado, y la forma de hacerlo es tomando el control o dominando a otras personas o grupos, ¡aún cuando las personas afectadas se resistan a ello!
Preguntarnos si estamos utilizando nuestro poder sobre o para puede ser un primer paso hacia un uso más consciente de nuestro poder.
¿Qué es lo que nos diferencia de los animales y demás sistemas vivos?
En todos los sistemas vivos existen juegos de influencia que sirven al propósito del sistema (seguir vivo de la mejor manera posible) y al individual (obtener la mejor posición para si mismo dentro de las posibilidades del sistema)
Si trasladamos esos juegos al mundo humano, hay una serie de características que nos diferencian del resto. Una de ellas es nuestra capacidad de otorgar poder a otras personas de forma consciente.
Para que alguien que lidera un equipo pueda llevar a cabo una acción con éxito necesita de su equipo, necesito que su equipo consienta o legitime su autoridad como líder.
¡Ojo! Esto último nos sugiere que es en el #consentimiento donde se halla el verdadero poder para.
¿Qué tipos de poder existen?
Si observamos nuestro alrededor, pongamos, nuestro equipo de trabajo o departamento, veremos que hay distintas personas que tienen poder o capacidad de influencia. Algunas lo tienen porque ocupan una posición determinada en el organigrama, y otras lo tienen por…. ¿por qué exactamente?
El poder formal es el que tiene una persona por el hecho de ocupar un cargo o posición y que le da la capacidad para tomar #decisiones de obligado cumplimiento para otras personas. El equipo va a legitimar ese cargo cuando se usa dentro de los límites acordados (recordar el acuerdo tomado respecto a la manera de realizar una tarea concreta) pero puede que si empieza a usarse en interés propio (aprovechar su posición para elegir primero las vacaciones) el equipo ya no tenga tanto interés en consentir. Quizá esté empezando entonces un abuso.
Pero existe otro tipo de poder, menos conocido pero igual de real: el poder informal. Algunas personas que no necesariamente ocupan un cargo formal tienen cierto «prestigio» o estatus dentro del equipo y cuando hablan en una reunión, cuando traen una propuesta o cuando formulan una crítica son más escuchadas que el resto. Como las anteriores, pueden hacer un buen uso de ese poder o pueden abusar si utilizan su influencia para mantener ciertos privilegios que otras personas no tienen.
Ambos poderes -formal e informal- están presentes y juegan en el mismo tablero. Ser conscientes de ello nos va a permitir, además de entender mejor los procesos grupales, empezar a utilizar el nuestro en beneficio del equipo.
¿Cómo se construye el poder informal o estatus?
Hay una parte del poder que otorgamos a otras personas porque lo merecen gracias a su competencia o desempeño real (estatus merecido) pero hay otra parte que otorgamos sin darnos cuenta, que atribuimos basándonos en ciertas características que llevan acompañadas determinadas creencias culturales o sociales (estatus atribuido) y que no dependen para nada del valor real que aporta esa persona al equipo. ¿Cuáles son esas características?
Características psicológicas o de personalidad. Ciertas cualidades son mejor valoradas que otras. Algunas nos vienen de serie, y otras podemos entrenarlas. Algunas de las características bien valoradas de nuestra cultura son:
Características sociales y culturales: Existen ciertas características demográficas socialmente mejor valoradas. En nuestra cultura occidental serían, entre otras:
Características del contexto. Además del cargo que se ocupa (poder formal), existen otras caracteristicas características o habilidades que se valoran como positivas en la organización o un equipo concreto también otorga capacidad de influencia. Además de las genéricas que os ponemos a continuación, en determinados contextos pueden aparecer características opuestas a alguna de las anteriores pero muy valoradas a nivel contextual.
De esta manera, el valor o prestigio que tiene una persona dentro de un equipo u organización, es decir, el #estatus, dependerá de la suma de todas las fuentes mencionadas.
Es importante recordar que el estatus no tiene que ver con cuánto poder sentimos que tenemos sino con cómo nos ven las demás personas. Una persona puede sentirse con muy poco poder y ser sin embargo ser una fuente de inspiración para las demás. Y al revés, una persona puede pensar que tiene mucho poder en un grupo y, en realidad, apenas tener influencia en el resto.
¿Somos conscientes de nuestro poder?
Si son las demás quienes nos otorgan poder y nuestra capacidad real de influencia puede no coincidir con la capacidad que creemos tener, y además os decimos que si no utilizamos nuestro poder con consciencia podemos abusar de él necesitamos ganar conciencia y averiguar cuánto poder tenemos.
Os dejamos algunas pistas para saber cuándo tenemos poder:
¿Te sientes optimista, sientes que puedes con todo lo que tienes por delante?
¿Sientes que lo que estás haciendo es fácil, que es lo “normal”, que no requiere un gran esfuerzo?
¿Te das cuenta de que el resto de tu equipo parece que no termina de avanzar, que no se está esforzando lo suficiente, o que puede que no valga lo que pensabas?
Cuando tenemos poder, solemos ver la vida con optimismo, tener una autoestima alta, vemos rápidamente las relaciones entre los temas, el camino correcto emerge claramente delante nuestro y eso es fantástico, pero puede ser que también:
- Tendamos a llevar a cabo acciones demasiado arriesgadas sin pensar en las consecuencias
- A la hora de resolver discrepancias, lo hagamos a nuestro favor utilizando nuestra autoridad o sin cuidar las emociones del resto
- Empecemos a pensar que otras personas valen menos que nosotras, están menos preparadas, se esfuerzan poco, etc. etc.
Abusos de poder
Si utilizamos nuestro poder inconscientemente podemos (y solemos) abusar de nuestro poder, y eso nos puede llevar a hacer daño a personas que apreciamos, ejercer una influencia negativa en el clima de nuestro equipo y fomentar un mal resultado, disminuir la capacidad de innovación y al final, poner en peligro al equipo y a la organización.
Puede ser difícil de aceptar, sobretodo públicamente. Sabemos que suena fuerte, pero también creemos que es un ejercicio necesario:
Aceptar que tenemos un/a ABUSADOR/A dentro. Esa parte nuestra que:
Si no aceptamos que a veces fallamos y hacemos las cosas mal, ¿cómo podemos aprender? ¿cómo podemos encontrar otras estrategias para conseguir lo que queremos? ¿cómo podremos entrenar el poder para?
Pensar en nosotras como abusadoras quizá nos hace querer huir del poder. Pero recordad todas las cosas maravillosas que podemos hacer CON NUESTRO PODER:
- Tener poder fomenta la acción, el movimiento, la búsqueda de oportunidades.
- Las personas con poder experimentan y expresan emociones más positivas.
- Las personas con poder ven el futuro con mejores perspectivas.
- El nivel de poder influye también en las capacidades cognitivas de una persona y en la manera como juzga a las otras y al mundo
- Quien tiene poder es capaz de ver y sacar lo mejor de otras personas
- Las personas con poder tienden a pensar de manera más global
En definitiva, tener poder (y usarlo bien) nos hace resilientes, aumenta nuestras probabilidades de éxito y nos genera un bienestar que podemos compartir con el mundo.
Empoderarse ¿cómo lo hacemos?
Queremos terminar dejándoos algunos tips para entrenar la conciencia sobre el propio poder y el buen uso de éste:
- Averigua cuánto poder tienes en el contexto que te interese.
- Revisa las características que te otorgan estatus (merecido y atribuído): haz una lista de todas tus características que te hacen ser una persona privilegiada (piensa en aquellas personas que no las tienen si lo necesitas para poner conciencia de tus privilegios)
- Analiza qué da poder en el contexto en el que te mueves. ¿Hay algo que puedas entrenar, aprender o potenciar que te ayude a ganar poder?
- Pregunta a las personas de tu alrededor qué valoran de ti en este contexto. ¡¡Quizá descubras poderes de los que no eras consciente!!
- Aumenta tu poder
- Despliega tus talentos, ¡no los ocultes!
- Entrena, aprende, potencia aquellas características que te dan poder
- Alíate con otras personas. ¡Juntas somos más fuertes!
Y no olvides:
¡USAR ESE PODER CON CONCIENCIA!
Recuerda: la mejor manera de saber si estás abusando es escuchar a aquellas personas que se sienten abusadas por ti, reconocer ese 1% de verdad que puede haber detrás de sus acusaciones y revisar cómo estás utilizando tu poder.
Webinar gratuito
El próximo lunes 5 de julio te invitamos a un webinar que hemos organizado para profundizar en este tema de la mano de la experiencia personal y profesional de tres invitadas que nos contarán cómo se manejan con el tema del poder.
Más información e inscripciones esta página