La importancia de diseñar bien tus intervenciones
¿Alguna vez has estado en una reunión que parecía el camarote de los hermanos Marx donde todos están hablando pero nadie llega a un lugar con soluciones? Si trabajas en facilitación de grupos, coach o acompañas equipos desde otros roles, seguro te suena esta escena. Aquí es donde entra el arte del diseño de intervenciones, que no es solo cuestión de elegir dinámicas resultonas o tener una pizarra llena de post-its de colores (aunque eso también ayuda). El verdadero reto está en entender que cada grupo y su momento es un mundo y, como tal, cada intervención debe ser tan única como la receta del gazpacho de tu abuela.
Esta idea es el punto de partida de nuestro monográfico Facilitación Práctica: Diseño de Intervenciones . Sabemos que un diseño sólido es la brújula que te guiará a través de las complejidades de un grupo, ayudándote a crear un entorno donde la magia sucede: la transformación. No se trata solo de «planificar», sino de orquestar una experiencia que llevará al grupo hacia sus metas de manera colaborativa y efectiva y cuidada.
El diseño como herramienta clave del facilitador
Hablemos claro: no puedes improvisar si lo que buscas es impactar de verdad. A no ser que tu metodología tenga una base totalmente sistémica, muy de trabajar con el campo y con lo emergente, y tu te sientas muy muy segura en tu rol de acompañante. Como profesional de la facilitación, tu intervención debe estar tan bien pensada como una partida de ajedrez. Y esto es exactamente lo que queremos transmitir en nuestra formación. A través de un buen diseño, logras crear una hoja de ruta estratégica que no solo guía la conversación del grupo, sino que optimiza el tiempo y los recursos, haciendo que cada paso tenga sentido. Esto es esencial, especialmente si perseguimos que el espacio sea ejemplo de trabajo en equipo o si estás en entornos que requieren una buena gestión de equipos, del poder y del liderazgo.
Imagina facilitar una intervención sin ningún tipo de diseño previo. Yo no lo he hecho nunca, no estoy todavía en ese punto de manejo de la improvisación, pero imagino el resultado como algo parecido a una de mis listas de reproducción random donde después de una pieza maestra y de absoluto relax de Philip Glass, puede sonar un temazo de Goran Bregovic que saca del sitio a cualquiera que esté en el espacio donde suena.
Toda intervención necesita armonía y coherencia, como la buena música. Y ahí está la clave de un diseño bien hecho: que todo fluya, se escuche y se resuelva de forma natural, permitiendo que el grupo alcance sus objetivos de manera efectiva y cuidada, ya sea mejorar el clima laboral, para indagar sobre algún reto o para resolver algún tipo de gestión de conflicto.
Fases deL diseño de intervenciONES
El proceso de diseño de una intervención exitosa sigue varias fases, que trabajamos en profundidad en nuestro monográfico. Te las resumo aquí con un toque ligero, porque sabemos que no todos los días tienes la energía para un texto académico.
Diagnóstico inicial del grupo : No, no es un chequeo médico, pero sí necesitas saber cómo está el grupo. ¿Cuáles son sus antecedentes? ¿De qué «padece» este grupo? Es importante entender su dinámica interna, cultura y las posibles tensiones. Sin esta información, facilitar es como intentar arreglar una bicicleta con un destornillador: no va a funcionar.
Justificación de la intervención : A veces nos piden facilitaciones solo porque «alguien de recursos humanos nos vio en LinkedIn». Aquí es crucial identificar qué necesidad real hay detrás de la petición del cliente o del grupo que requiere tu acompañamiento. Es lo que nos permite plantear una propuesta que de verdad haga algo por el grupo, en vez de simplemente llenar tres horas con dinámicas que, aunque atractivas, no resuelven la raíz del problema. Este paso es vital, especialmente cuando se trata de gestión de conflictos o dinámicas grupales que buscan resultados efectivos.
Definición de objetivos : No confundamos los objetivos del grupo con los de la intervención. Mientras que los primeros suelen ser ambiciosos («Queremos un equipo feliz y productivo en dos horas»), los segundos deben ser más realistas. Como siempre decimos, una buena intervención no hará que la gente se abracen y lloren de emoción al final (bueno, a veces sí), pero sí les darán herramientas concretas o información valiosa para avanzar hacia su objetivo o propósito. Este enfoque es clave si lo que se busca es un cambio profundo, como una transformación cultural o una transición estructural en la organización.
Planificación operativa : Este es el momento en que eliges qué dinámicas utilizar, cómo estructurar la agenda y, muy importante, qué recursos necesitas. ¿Tienes espacio para mover a 40 personas o te va a tocar hacer malabares en una sala minúscula? Este es el punto donde la previsión es tu mejor aliada, especialmente si buscas generar reuniones efectivas y dinámicas que realmente movilicen al grupo hacia su propósito.
El rol de la facilitaCIÓN en el diseño de intervenciones.
Diseñar una intervención no solo tiene que ver con el grupo: también es una oportunidad para reflexionar sobre tu papel como acompañante facilitador. Aquí es donde la cosa se pone interesante: ¿qué fortalezas y debilidades traes contigo? ¿Qué te hace sudar frío al pensar en esa dinámica tan innovadora que quieres probar, pero que en el fondo te da pánico?
Si te suena el «síndrome del impostor o impostora», no estás sola, somos muchas personas las que hemos pasado o pasamos por ahí, aún con el paso de los años. A veces, las dudas sobre si estamos haciendo lo correcto nos frenan. Pero en nuestro monográfico, hacemos un llamado a conectar con tus fortalezas, en vez de dejar que el crítico interno te bloquee. Como decimos en las sesiones: el autoconocimiento es clave . Al final, tu seguridad y claridad se reflejarán en el diseño de la intervención y, por ende, en el éxito del grupo, ya sea que estés trabajando en facilitación emocional , dinámicas de grupos o en equipos autogestionados.
El enfoque en la experiencia del usuario (UX) en la facilitación
Aunque suene a algo que dirían en otros ámbitos o lares más propios del diseño de producto o servicios, la experiencia del usuario (UX) también importa en la facilitación. Un buen facilitador no solo piensa en «qué» va a hacer, sino en «cómo» lo va a experimentar el grupo. Es decir, ¿cómo se sentirán quiénes participen en la sesión? ¿Cómo puedo generar un espacio de seguridad para todas las personas? Aquí nos ponemos un poco en el lugar de las demás para asegurarnos de que el diseño sea accesible, inclusivo y colaborativo .
Un ejemplo práctico: si tu grupo está compuesto por personas que prefieren actividades más pausadas, tal vez no sea el momento de proponer una dinámica que implique correr alrededor de la sala. Al final de la sesión, el objetivo es que el grupo y las personas que lo conforman se sientan comprometidas y capaces de participar activamente con el proceso, que sigue siendo suyo por mucho que lo hayamos diseñado nosotras. Así que cabe preguntarse al terminar el diseño ¿podrá el grupo con este diseño hacer suyo el proceso? Si la respuesta es no, vuelve a la casilla de salida y estudia de nuevo el grupo, su necesidad, tu capacidad y aportación de valor al espacio, etc.
Conclusión: Transformar grupos a través de un diseño consciente
Diseñar intervenciones para grupos no es cuestión de suerte, ni de tener siempre la pizarra perfecta o la mejor dinámica. Es cuestión de intención, reflexión y mucha preparación. Al dedicar tiempo a crear un diseño personalizado y bien pensado, te aseguras de que la intervención no solo sea productiva, sino que tenga un impacto duradero en el grupo, que invite al grupo a revisar sus normas y formas de hacer, que modifique alguna de sus estructuras o patrones internos, por pequeños que sean… Pero sí a que algo se mueva. Perturbar para el cambio hacia un lugar de mayor conciencia y efectividad es una de las responsabilidades que tenemos como diseñadoras y facilitadoras de procesos grupales.
Y si todo esto te resuena, y te gustaría profundizar en estas herramientas y enfoques, te invitamos a sumarte a nuestra propuesta formativa en Facilitación Práctica: Diseño de Intervenciones . Aquí, no solo aprenderás cómo crear intervenciones legendarias (para bien o para mal), sino también cómo avanzar hacia un lugar en el que ganes mayor seguridad como facilitador/a.
Súper interesante el artículo el diseño metodológico y pedagógicos es muy importante
gracias por el artículo
Hola Margarita!
¡Muchas gracias a ti por el feedback! Es un placer para nosotras poder contribuir con nuestra experiencia, esperamos que te sea útil,
Un saludo,